En septiembre de 2015, la Asamblea General de Naciones Unidas adoptó la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible tras un periodo de consultas de más dos años de duración, en el que cientos de personas. Consultores, expertos y expertas, organizaciones de la sociedad civil, del mundo académico y gobiernos han tenido un papel clave en la definición de los nuevos objetivos heredados de la Declaración del Milenio, aprobada en el año 2000.

La Agenda 2030 constituye el documento de referencia en el se enmarcan los Objetivos de Desarrollo Sostenible: 17 objetivos y 169 metas que desgranan los retos que debe asumir la comunidad internacional para atender a distintas expresiones de un mundo global, aunque sobre principios fundamentales. La Agenda 2030 se inspira en los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas, la Declaración Universal de los Derechos Humanos, los tratados internacionales de los derechos humanos, la Declaración del Milenio y otros instrumentos como la Declaración sobre el Derecho al Desarrollo. Reafirma todos los principios de la Declaración de Río sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, y en función de todo ello, define cuáles son los principios irrenunciables: universalidad, integralidad, interdependencia, responsabilidad común pero diferenciada, no dejar a nadie atrás, y respeto a los Derechos Humanos.

Se trata de un ambicioso programa de acción que aborda, sobre el principio de sostenibilidad, las tres dimensiones del desarrollo: económica, social y ambiental.

El espacio local, las ciudades y en general, los asentamientos humanos, se incluyen de forma expresa como espacio reconocido para la implementación de los Objetivos, como actor fundamental y aliado en la consecución de entornos más inclusivos. A lo largo del texto, las autoridades y comunidades locales están presentes como actores fundamentales para la renovación y planificación de las ciudades y asentamientos humanos para fomentar la cohesión comunitaria, la seguridad de las personas y la estimulación de la innovación y el empleo, como colaboradores con un papel fundamental para el cumplimiento de los compromisos (Apart. 45), como actores aliados para caminar hacia 2030 (Apart. 52).

En este ámbito es en el que queremos aportar experiencias, reflexiones y propuestas de acción que nos permitan acercar hasta la ciudadanía y las autoridades locales su papel fundamental en la implementación de esta Agenda 2030, partiendo del recorrido histórico democrático en el ejercicio de políticas públicas diversas: urbanismo, medio ambiente, salud y educación, igualdad, equidad, gestión de la diversidad, movilidad, solidaridad y por supuesto, cooperación internacional, entre otras.

Si el espacio local puede aportar experiencia, innovación y proximidad, es el momento de que demos un paso adelante para sumar esfuerzos a un escenario internacional en el que cada vez son más las interrelaciones entre distintos niveles de incidencia dentro y fuera de las fronteras de un territorio. Un espacio en la acción y un espacio en la toma de decisiones colectiva respecto al futuro mundo que queremos construir. En línea con Ciudades y Gobiernos Locales Unidos, el FAMSI se suma así, a una tarea de reflexión que comienza por pensar en la acción local dentro de un contexto de relaciones global.

Por eso, esta publicación aborda esta Agenda 2030 desde distintas perspectivas. La divulgación de sus principios básicos y su interpretación general; la ‘localización’ de estos grandes conceptos en un esfuerzo por llevarlos al ámbito de proximidad; el análisis y la reflexión en torno a algunos de sus Objetivos y Metas; y finalmente, algunas prácticas, que desde la cercanía, se han mostrado eficaces en la atención a las demandas de cada entorno.

Más de cincuenta personas han aplicado esta visión ‘localizadora’ de la Agenda 2030 al enfoque de sus colaboraciones, permitiéndonos compartirlas ahora con los lectores y lectoras de una publicación que pretende aportar diversidad e ilusión a la construcción de un debate que, como la propia Agenda recoge, no deje a nadie atrás.